Mi querido Coronel: acaban de comunicarme que en el día de hoy has ascendido al empleo de Coronel y es mi deseo que, lo antes posible, recibas en mi nombre de forma particular y como Presidente de la Asociación AMESETE y de todos sus miembros nuestra más cariñosa y sincera felicitación por haber accedido a tan prestigioso empleo con el que permanecerás entre nosotros dirigiendo la Básica hasta cumplir el tiempo reglamentado.
Es comentario tradicional y hartamente repetido aquello que “de capitán aunque sea de bandidos”, enfatizando la importancia de tal empleo. No voy a decir que no sea verdad, como en los juicios, toda la verdad y nada más que la verdad, pero sí que el que se inventó tal aserto no llegó a disfrutar del ascenso a Coronel pues, en caso contrario, hubiese cambiado su redacción para decir algo así como …”de Coronel aunque sea de un regimiento de bandidos”.
Puedo asegurarte que ser Coronel es lo más grande, gratificante, honroso y emocionante que se puede ser en el entorno de los oficiales, pues recoges una tradición centenaria que se remonta al siglo XV y que tiene su período histórico álgido en aquellos inolvidables siglos XVI y XVII bajo el nombre de Mestres de Campo y otros 300 años más con la actual denominación.
Coronel es la milicia pura. Es aquel puesto en el que combinas, como es tu caso, el mando y la dirección de un centro de la importancia histórica de la Academia o, como el de otros, el mando y la total responsabilidad sobre una gran cantidad de hombres y mujeres que la Institución tos confía para cualquier situación en la que la unidad se vea envuelta. Asimismo, el Coronel debe desplegar una gran sensibilidad al tiempo que una gran dosis de rigurosidad en el mando del escalón jerárquico que acaba de abandonar, demostrando que tiene las condiciones precisas para hacerlo. Parafraseado el célebre artículo 5 del Cabo en las Reales Ordenanzas de Carlos III “haciéndose querer y respetar”.
Si importante es el mando de un Coronel en las unidades operativas, entiendo que mayor es el desempeño en la dirección de un centro de enseñanza, alcanzándose el súmmum si ese centro es nada más y nada menos que la Academia General Básica de Suboficiales. Una academia que representa el final de los deseos del conjunto de los suboficiales desde que nacieron en 1494 hasta que lo alcanzaron en 1974, de disponer de un centro propio y exclusivo de formación. Deseos o sueño, aparentemente inalcanzable dado el tiempo que la Institución tardó en darse cuenta de su necesidad objetiva, de conseguirlo 470 años después y demostrando durante los últimos 46 que fue acertada la decisión y que con el mando de los anteriores diecisiete directores, egresaron los mejores suboficiales del mundo. La historia y la tradición, mi Coronel, no te abandonarán y serás capaz de continuar la senda de tus antecesores a pesar de las dificultades que encontrarás en el camino debido a las actuales circunstancias.
No lo tendrás fácil, pero estamos seguros que lo conseguirás y, para ello, deseo hacerte llegar el compromiso personal y como Presidente de AMESETE de que contarás con nuestra ayuda y colaboración en el desempeño de las obligaciones estatutarias de esta modesta pero leal Asociación. No es mucho, pero el ofrecimiento es sincero y responsable.
Nuevamente nuestra felicitación y un fuerte abrazo
General Maldonado
Presidente de la Junta Directiva de la Asociación AMESETE
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Asociación AMESETE
Academia General Básica de Suboficiales
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