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Cuando apenas nos habíamos despegado unas pocas semanas del año más nefasto en la historia de AMESETE en el que padecimos la perdida por fallecimiento de seis socios, nos encontramos con una nueva ocurrida el día de ayer 4 de febrero.

Una pérdida que a mí, particularmente y como presidente de la Asociación, me afecta sobremanera pues coinciden muchos aspectos sentimentales que así lo confirman, independientemente de su condición de socio y por lo tanto con el mismo nivel de dolor que el sentido por los demás fallecimientos, un total de 35 en los casi 18 años de nuestra existencia.

El fallecimiento de Jose Antonio Menduiña Matamoros no deja indiferente a nadie que lo hubiera conocido, pero, repito, a mí personalmente, mucho más. Pepe y yo, sin saberlo, estábamos unidos desde poco después de nacer cuando el mismo día, mes y año decidimos ingresar como voluntarios en el Ejército, él en Málaga y yo en Madrid.

Pasaron los años y la siguiente coincidencia fue mucho más directa y gratificante pues nos unió en el mejor destino de nuestras vidas profesionales cuando tuve el privilegio de tenerlo como uno de mis colaboradores directos más competentes y leales en la Básica desde aquel lejano mayo de 1977 en el que aterricé por estas queridas tierras pallaresas.

Cuando el retiro nos llegó con escasos meses de diferencia en 2007 y me embarqué en el proyecto AMESETE, el entonces capitán Menduiña fue junto con mi esposa Mané, también fallecida, el tercero de los miembros imprescindibles, según la legislación vigente, para formar la primera Junta Directiva de la Asociación en calidad de secretario.

Comenzó, de esta manera, un nuevo periodo de colaboración que ha durado los 18 años de existencia de AMESETE, hasta que ayer se apagaron las posibilidades de nuevas colaboraciones porque, sin pedir permiso, se nos ha ido para siempre.

Y recuerdo, que gracias a él la Asociación pudo contar con la imprescindible ayuda de su hija Cristina a la que convenció para echarnos una mano, como experta informática, para confeccionar nuestra primera web y cuidarse de ella hasta el presente como generosa y eficaz webmaster.

Finalmente, mi recuerdo por mi comandante Menduiña es el más importante pues ayer se fue de mi vida un amigo. Uno de mis colaboradores más eficientes, leales y de absoluta confianza que he tenido en mi larga vida profesional. Colaborador y amigo, unidos por un inquebrantable amor por nuestra Básica, enamorados de este Pallars que nos acoge, y por recuerdos comunes. Un amigo de verdad, un amigo y un hombre bueno, que supo ganarse el cariño y el respeto de cuantos lo conocieron y trataron. No será fácil acostumbrarnos a su ausencia, será imposible olvidarnos de él, por lo menos yo.

Que Dios lo tenga cerca para escucharle cuando, con su particular gracejo malagueño, le pida proteger a la Asociación y a todos sus miembros.

Nuestro pesar más sincero y afectuoso a toda su familia a la que deseamos el ánimo suficiente para sobreponerse a su pérdida.

¡Descanse en paz!

 

General Maldonado

Presidente de la Junta Directiva de AMESETE