Efectivamente han pasado 20 días desde que el 2 de enero publiqué la Convocatoria del III Premio 2016 y ya he recibido algún input, como dicen los jóvenes, anunciándome buenas intenciones de participar. De momento, intenciones, lo cual no está nada mal. Después, veremos cuántas se convierten en trabajos presentados.
La frontera entre la intención y la presentación es, hoy por hoy, en la gran mayoría de los casos, una gruesa línea llena de contenido entusiasmo, de proyectos de trabajo, de búsqueda ilusionada de datos. A veces, incluso, de temores sobre las propias capacidades de superar el reto. En otras, el entusiasmo volcado sobre más de un tema asequible. Pero, sobre todo, la gruesa línea está llena de dudas que nos asaltan cada segundo, obligándonos al ejercicio continuado de la imposición de nuestra voluntad de seguir adelante aunque el camino esté lleno de obstáculos o de presuntos obstáculos.
Desde estas líneas quiero hoy lanzar un mensaje de confianza a los que ya están decididos y trabajan sin descanso preparado su trabajo. Pero también a los que se debaten entre interrogantes pues este mundo competitivo en el que vivimos no esta hecho para los pusilánimes, los pesimistas ni los indecisos.
Existe un Premio, bien dotado económicamente, dedicado en exclusiva a la historia de los suboficiales y al que únicamente se pueden presentar éstos. Van adjudicados los dos primeros a dos brigadas, especialista y de armas, respectivamente, con dos excelentes trabajos que enorgullecen a la Escala. ¿Qué más se necesita para dar un paso al frente y probar?
¡Os espero!
El que tenga dudas, que se ponga en contacto conmigo a través de los enlaces que constan en el apartado CONTACTO y juntos sabremos encontrar soluciones, abrir nuevos caminos, descubrir más claros horizontes.
